En nuevas construcciones existen diversos motivos que pueden afectar nuestras paredes, una de ellas es la alcalinidad, que ataca el pigmento de la pintura y provoca que afloren manchas en la superficie.
Las construcciones de origen cementicio, es decir todas aquellas con alta presencia de cemento, cal y áridos tienen una composición alcalina, que es el concepto contrario a la acidez.
Tanto la alcalinidad como la acidez pueden medirse en una escala de pH que se extiende de 0 (ácido) a 14 (alcalino). El punto intermedio 7 presenta una condición de neutralidad y ese punto es el ideal para poder pintar o revestir.
La alcalinidad ataca y transforma el color de pinturas y revestimientos, principalmente aquellos de colores intensos. Por ello es necesario esperar a que el revoque fragüe por completo y las lluvias reduzcan la alcalinidad de la mezcla hasta llevarlo a un pH neutro. Este proceso puede demandar entre 60 y 120 días pero existe una forma de acelerar este proceso.
Tratamiento de la Alcalinidad
Si bien no podemos modificar la condición alcalina de la masa estructural, podemos alterar la superficialmente y reducir los tiempos de espera.
En primer lugar es importante cumplir con las etapas de fraguado y eliminación de humedad. Con los revoques secos y fraguados aplicamos una solución de ácido muriático al 10/20% en agua con cepillo, dejando actuar 30 minutos y enjuagando con abundante agua. Para realizar este paso es necesario elementos de protección como guantes, lentes y barbijo.
Luego comprobaremos el estado de la superficie, para realizar esto existen diversos métodos como el papel pH o soluciones líquidas. Si continúa alcalina, deberá repetirse la operación de lavado ácido hasta obtener un valor de pH entre 7 a 8.